Yeyson González


“Cuidarnos es saber que todo lo que comemos impacta positiva o negativamente en nuestra salud. Comer, como cualquier otra acción, también conlleva un karma”.

Yeyson Gonzalez NRS Participant Portrait

Yeyson González creció con sus abuelos en San Miguel Ixtahuacán, San Marcos, Guatemala. Se identifica como maya mam. El mam es su idioma materno. A los 12 años conoció a sus padres y tuvo que mudarse con ellos, algo que fue muy difícil para él. Dejó la escuela y a sus 16 años emigró a México, en donde permaneció por cinco años. Luego, se mudó a Estados Unidos, en donde se estableció en Alabama, el 5 de marzo de 2019.

Como todos, Yeyson venía con muchas metas por cumplir; sin embargo, a seis meses de su llegada tuvo un accidente laboral que dañó su intestino y cambió por completo su forma de vida. “Tuve muchos días oscuros, muchas noches tristes. Me sentía solo en este gran país, pero nunca me rendí, pues sabía que en algún momento de la vida las cosas cambiarían para bien”, recuerda Yeyson con mucho sentimiento.

En Alabama las cosas no funcionaron para él. No encontró el apoyo de su comunidad o de los servicios de salud; no obstante, un amigo que conoció en su travesía por el desierto le ofreció apoyo en San Francisco, a donde llegó a principios del 2020. En la ciudad no sabía cómo acceder a los servicios de salud, pero tuvo que dirigirse al Hospital General por una emergencia justo cuando empezaba la pandemia. Fue bien atendido por el personal médico y lo pusieron en contacto con el trabajador social del hospital, quien lo refirió al Instituto Familiar de la Raza, en donde ha recibido servicios de manejo de caso.

Yeyson dio positivo para coronavirus mientras se recuperaba. Ha pasado por tres cirugías mayores para reconectar su intestino. Su optimismo lo hizo convertirse en promotor de Nuestras Raíces Saludables, programa en el cual desarrolló habilidades para acercarse a su comunidad, y hablar de la forma ideal de cuidarse a través de la alimentación. En este proceso de recuperación, Yeyson fue diagnosticado con prediabetes, algo que a sus 24 años lo tomó por sorpresa.

Pero esta noticia llegaba en el tiempo adecuado, pues él empezó a conocer las consecuencias del consumo de azúcar y las alternativas para tener una buena alimentación, mientras se capacitaba como promotor. “De pronto, todo se puso de acuerdo. Yo enfrentaba la prediabetes y al mismo tiempo aprendía a comer de forma sana. De eso dependía mi completa recuperación”, afirma.

Hoy, Yeyson goza de una salud estable. Su recuperación ha sido un completo éxito. Él está muy agradecido con el Instituto Familiar de la Raza y el Programa Indígena Health & Wellness, por el apoyo que brindan a su comunidad. “Hay alguien que se preocupa por nosotros en esta ciudad. Esto deja en claro que hay mucho amor por compartir… amor por el prójimo, por la raza y por los paisanos, como decimos nosotros”, dice con esperanza.

Lo que aprendió en este lugar es algo que pone en práctica todos los días. Continúa viviendo en San Francisco, comparte y disfruta de la vida con su novia. Trabaja en la industria de la alimentación y ayuda a su comunidad. “Cuando estoy en la calle veo a mi gente, esforzándose para cumplir sus sueños… el sueño de un mejor futuro para nuestras familias y nuestras futuras generaciones. Queda claro que todos, absolutamente todos, están detrás de un sueño. Cuando ese sueño se ve acompañado por gente y organizaciones que luchan para que nuestras comunidades avancen, que no sean discriminadas por tener otro color de piel o hablar otro idioma, a navegar por los servicios y las complejidades de esta gran ciudad; ese sueño se hace más fácil de lograr. Yo tengo una gran historia, un poco triste y aterradora a la misma vez, pero con un final feliz. Me lograron reconstruir y tengo una vida saludable, por lo que alzó las manos y agradezco a Dios, manifestado en todas esas personas que me han ayudado”, expresa con emoción.

Yeyson tiene plena conciencia de su alimentación. Lleva una dieta muy ordenada que incluye un desayuno balanceado (con frutas y proteína), un almuerzo (con porciones de vegetales, carne y arroz) y una cena libre de productos de origen animal, ya que el restaurante en el que trabaja es vegano. “Alimentarse bien no requiere de muchos recursos, pero sí de mucha voluntad”, enfatiza Yeyson, quien comparte la receta de su desayuno favorito, que le toma menos de 10 minutos de preparación.

 


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